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Los termostatos para calderas de gasoil son un elemento muy importante para conseguir condiciones de confort y ahorro energético en nuestras viviendas, ya que se encarga de regular y controlar la temperatura del ambiente donde esté ubicado. Por ello, es importante contar con el termostato adecuado y ajustarlo de acuerdo a las características de la caldera de gasoil. A continuación detallaremos los tipos de termostatos más usados.

Termostatos para calderas de gasoil analógicos

El termostato analógico es uno de los tipos de termostatos para calderas de gasoil más convencionales, con una tecnología que lleva bastante tiempo en el mercado. El ajuste de temperatura se realiza a través de una rueda que, al girarla, permite aumentar o disminuir la temperatura. El encendido o apagado de la caldera de gasoil se produce en función de la temperatura seleccionada.

Este tipo de termostatos son económicos y de fácil instalación. No obstante, hay que considerar con una tecnología en obsolescencia, por lo que ofrecen un bajo nivel de precisión.

Termostatos digitales no programables

Este tipo de termostato es ampliamente utilizado en la actualidad, ya que son mucho más precisos que los analógicos y los procesos de medición y funcionamiento están regulado por sondas y dispositivos electrónicos. Cuentan con una pantalla digital que permite visualizar y fijar la temperatura.

Ofrecen un alto nivel de eficiencia ya que se puede fijar de manera exacta la temperatura a la que se desea mantener una habitación. Así, se puede regular el consumo de energía y por ende abaratar los costes. Su mayor desventaja es que no son programables.

Crono termostatos digitales

Este tipo de termostatos son más precisos que los termostatos antes mencionados, ya que se pueden programar para controlar el encendido y apagado de la caldera de gasoil. Además, permiten fijar la temperatura desea por un periodo de tiempo ( horas, o incluso días). Como son programables son muy versátiles y ofrecen diversas prestaciones que permiten hacer un uso eficiente de la energía, logrando un ahorro de hasta un 20%.

Finalmente, considera que su coste es más elevado y su manejo y programación es más compleja.